EL CLAMOR POR EL REGRESO DEL SERVICIO MILITAR EN ARGENTINA

Lo diré de entrada: los políticos en Argentina, en su mayoría son ignorantes a los que la suerte de los dioses de vez en cuando otorgan la posibilidad de acceder al poder. No hay otra manera de comprender el regodeo eterno, grotesco, inconducente y claramente estúpido de recurrir una y otra vez a ideas fracasadas decenas de veces en estas playas. Así en su alarde de una conmovedora mediocridad, recurren a controles de precios, cepos al dólar, cierres de importaciones, a vivir con lo nuestro, y estos últimos días a proponer un servicio militar obligatorio (SMO) o enmascararlo en un servicio cívico obligatorio, para atender a un universo de jóvenes “que no estudian ni trabajan” que son producto de las estupideces de esos mismos políticos en sus decisiones de décadas.

Este artículo tratará de desnudar sin ambages a esa idealización del servicio militar en Argentina y demostrar la inviabilidad material de esa innovadora idea. Advierto que todo lo que escribiré no es compartido por muchos de mis colegas, quienes también viven en un mundo de mitos y leyendas, el mismo que ha llevado a las FF.AA. al estado desastroso que tienen. ¡Ahí vamos!!

Los políticos proponen un servicio militar obligatorio (SMO) o enmascarado en un servicio cívico obligatorio, para atender a un universo de jóvenes “que no estudian ni trabajan” que son producto de las estupideces de esos mismos políticos en sus decisiones de décadas

No haré una historia del servicio militar en Argentina, para eso tienen otras fuentes, les comentaré lo que era en los 80 y 90 aunque no tengo dudas que era lo mismo varias décadas antes.

Lo resumo de esta manera:

Era INJUSTO:

Lejos de ser un sistema que incluía a todos los estamentos sociales, aquellos con las conexiones necesarias o con ciertas capacidades para influir en funcionarios venales, conseguían evitar el llamado a filas por las razones más diversas e inverosímiles. Tengo ancestros que recurrieron a esas artimañas… Entonces el SMO masivamente reclutaba personas de escasos recursos, aunque debe decirse que había de otros estratos sociales, pero en una proporción minoritaria. Algo que se potenció a niveles escandalosos a medida que la convocatoria se reducía más y más producto de la falta de presupuesto.

Era INEFICIENTE:

El ciudadano incorporado no era visto mayormente en el ejército como alguien a quien convertir en soldado es decir un combatiente, sino en alguien que luego de una instrucción de baja calidad o bien pésima, dedicaba el tiempo de su estadía en las filas a tareas de mantenimiento, limpieza, pintura, albañilería, mandados varios y una larga serie de etcéteras que NADA TENIAN QUE VER CON LA PREPARACION PARA LA GUERRA. Claro hubo excepciones, y las he mencionado en entrevistas que he tenido. Fui a Malvinas con el entonces Regimiento de Infantería 25. A diferencia de la mayoría de las unidades ese regimiento hacía adiestramiento y en no pocas oportunidades muy duro. Eso le permitió tener un desempeño reconocido en la guerra. Otros no tuvieron esa suerte. Y eso ocurría porque si bien formalmente existían órdenes para adiestrar, la realidad es que los centros de las actividades pasaban por lo administrativo y el adiestramiento solamente existía en jefes muy profesionales, que claramente descuidaban lo que si “importaba”: lo administrativo. Llegué a tener un comandante, recién arribado de su estadía como agregado militar en China que nos decía que debíamos poner el centro de atención en el papeleo pues nuestro ejército era uno “administrativo”. Estaba llamado al generalato pero no se le dio…

Generó UNA CULTURA ORGANIZACIONAL NEFASTA:

El adiestramiento dejó de ser una prioridad, siempre había cosas “más importantes”: ceremonias (una detrás de la otra), obritas en el cuartel (célebre un comandante que acuñó la marcial frase “cada semana una obrita nueva” con la cual no emuló el “mantengan firme el ala derecha de Schliffen” en su lecho de muerte, pero era lo que la mediocridad argenta podía aportar: dejar todo “bonito” porque una inspección venía y así.  Cuidado, sería interesante de observar que tanto esto se ha modificado…

Podría sumar a todo esto la crónica falta de equipo individual de calidad, lo que hacía que esos soldados recibieran equipos individuales de pésima calidad, reparados muchas veces, de diversos tipos incluso lo que obligaba al ingenio administrativo para lograr algún grado de uniformidad. Como ven en modo alguno un sistema que preparara soldados para ser combatientes. Y creo que mucho ciudadano.  Claro vendrán a decirme que se revisaba médicamente a muchos ciudadanos previo a su incorporación, que se les enseñaban primeras letras… ¿Es esa función de las FFAA?

Pero vayamos a la idea de un SMO o cívico. Supongamos que desean llevarla a cabo. Van algunos interrogantes:

  • ¿Dónde albergarán a esas personas? Estamos hablando de cientos de miles. No hay capacidad física en las FFAA para ello. No la hubo NUNCA
  • ¿Existen los talleres y aulas para las capacitaciones? No
  • ¿Existen en las FFAA los capacitadores para esa cantidad de gente? No
  • ¿Existe la logística para alimentar a ese universo? No

Es probable que quienes proponen estas ideas carezcan de todos estos datos, recuerden que parto de la base de la atávica ignorancia, y que todo no es más que una manera de generar presencia en los medios y marcar una agenda.

En vez de hacer el trabajo serio de transformar un sistema militar obsoleto y carente de ideas en una herramienta para la Argentina, todo lo que se les ocurre es generar ideas absurdas que de alguna manera disfracen una realidad.

En el fondo, la política, toda la política argentina, no tiene idea de Defensa. No sabe qué hacer con las FFAA y por eso las observa como si fuesen una ONG enorme, lista para atender cuanta carencia o dificultad exista. Entonces en vez de hacer el trabajo serio de transformar un sistema militar obsoleto y carente de ideas en una herramienta para la Argentina, todo lo que se les ocurre es generar ideas absurdas que de alguna manera disfracen una realidad: la política argenta es mediocre o de pésima calidad. El futuro es negro, al menos en mi perspectiva.